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Simbolismo religioso e iconografía


Simbolismo religioso e iconografía, respectivamente, las formas y gestos artísticos básicos y a menudo complejos utilizados como una especie de clave para transmitir conceptos religiosos y las representaciones visuales, auditivas y cinéticas de ideas y acontecimientos religiosos.

El simbolismo y la iconografía han sido utilizados por todas las religiones del mundo.

Desde el siglo XX, algunos eruditos han subrayado el carácter simbólico de la religión más que los intentos de presentarla de manera racional. El aspecto simbólico de la religión es considerado incluso por algunos estudiosos de la psicología y la mitología como la principal característica de la expresión religiosa.

Estudiosos de religiones comparadas, etnólogos y psicólogos han reunido e interpretado una gran abundancia de material sobre los aspectos simbólicos de la religión, especialmente en relación con las religiones orientales y locales.

En la reciente teología cristiana y en las prácticas litúrgicas se ha producido otra revalorización de los elementos simbólicos religiosos.

La importancia de la expresión simbólica y de la presentación pictórica de los hechos e ideas religiosas ha sido confirmada, ampliada y profundizada tanto por el estudio de las culturas y religiones locales como por el estudio comparativo de las religiones del mundo.

Los sistemas de símbolos e imágenes que se constituyen en una cierta relación ordenada y determinada con la forma, el contenido y la intención de la presentación se consideran uno de los medios más importantes para conocer y expresar los hechos religiosos.

Estos sistemas también contribuyen al mantenimiento y fortalecimiento de las relaciones entre los seres humanos y el reino de lo sagrado o santo (la dimensión trascendente y espiritual).

El símbolo es, en efecto, el mediador, la presencia y la representación real (o inteligible) de lo sagrado en ciertas formas convencionales y estandarizadas.

 

La naturaleza de los símbolos religiosos y la simbolización


La palabra símbolo proviene del griego symbolon, que significa contrato, ficha, insignia y medio de identificación. Las partes en un contrato, los aliados, invitados y su anfitrión podían identificarse entre sí con la ayuda de las partes del símbolo.

En su significado original, el símbolo representaba y comunicaba un todo mayor coherente por medio de una parte. La parte, como una especie de certificado, garantizaba la presencia del todo y, como fórmula concisa y significativa, indicaba el contexto más amplio. El símbolo se basa, por tanto, en el principio de complementación.

El símbolo objeto, imagen, signo, palabra y gesto requieren la asociación de ciertas ideas conscientes para expresar plenamente lo que se quiere decir con ellas. En este sentido, tiene una función esotérica y exotérica, o una función veladora y reveladora.

El descubrimiento de su significado presupone un cierto grado de cooperación activa. Como regla general, se basa en la convención de un grupo que está de acuerdo con su significado.

 

 

Conceptos de simbolización

En el desarrollo histórico y el uso actual de los conceptos de simbolización, es necesario diferenciar una variedad de categorías y relaciones.

Los símbolos religiosos se utilizan para transmitir conceptos relacionados con la relación de la humanidad con lo sagrado o santo (por ejemplo, la cruz en el cristianismo) y también con su mundo social y material (por ejemplo, el dharmachakra, o rueda de la ley, del budismo). Otros tipos de símbolos no religiosos adquirieron una importancia creciente en los siglos XIX y XX, especialmente los que se refieren a la relación de los seres humanos con el mundo material y a la conceptualización de éste.

Los símbolos racionalistas y científico-técnicos han adquirido una importancia cada vez mayor en la ciencia y la tecnología modernas. Sirven en parte para codificar y en parte para indicar, abreviar y hacer inteligibles las diversas relaciones y funciones matemáticas (por ejemplo, =, igualdad; ≡, identidad; ∼, similitud; ‖, paralelo; o <, menos que), físicas (por ejemplo, ∼, corriente alterna), biológicas (por ejemplo, , masculino; , femenino) y otras relaciones y funciones científicas y técnicas.

Este tipo de símbolo "secularizado" tiene sus raíces, hasta cierto punto, en el ámbito del simbolismo religioso. Funciona de manera similar a la del símbolo religioso al asociar un significado particular con un signo particular.

La racionalización de los símbolos y de los complejos simbólicos, así como la racionalización del mito, han estado en evidencia al menos desde el Renacimiento.

 

El concepto de símbolo religioso también abarca una amplia variedad de tipos y significados.

La alegoría, las personificaciones, las figuras, las analogías, las metáforas, las parábolas, las imágenes (o, más exactamente, las representaciones pictóricas de las ideas), los signos, los emblemas concebidos individualmente, los símbolos artificiales con un significado verbal añadido y los atributos como marca utilizada para distinguir a ciertas personas son categorías formales, históricas, literarias y artificiales de lo simbólico.

Si se busca un denominador común definible para los distintos tipos de símbolos, tal vez se podría elegir el término "imagen con significado" o "signo con significado" para describir mejor los aspectos reveladores y, al mismo tiempo, ocultadores de la experiencia religiosa.

El símbolo (religioso y de otro tipo) está destinado principalmente al círculo de los iniciados e implica el reconocimiento de la experiencia que expresa.

El símbolo, sin embargo, no se mantiene oculto en su significado; hasta cierto punto, incluso tiene un carácter revelador (es decir, va más allá del significado obvio para aquellos que contemplan sus profundidades). Indica la necesidad de comunicación y, sin embargo, oculta los detalles y los aspectos más íntimos de su contenido.

 

Relación con el mito y el ritual


El símbolo tiene una relación establecida desde hace mucho tiempo con el mito (historias sagradas que definen la condición humana y la relación de la humanidad con lo sagrado o santo).

Los mitos, que a menudo contienen una colección de formas, acciones, expresiones y objetos simbólicos, describen a dioses, demonios, hombres, animales, plantas y objetos materiales que son portadores de significados e intenciones simbólicos.

Por lo tanto, a veces es difícil distinguir entre un mito y un complejo coherente de símbolos reunidos en forma de historia. Ejemplos de ello son los mitos de la cosmogonía (origen del mundo), la teogonía (origen de los dioses) y la antropogonía (origen de los seres humanos). Los detalles y contextos de la enseñanza religiosa, el dogma y la teología también producen o forman valores simbólicos o se refieren a representaciones simbólicas tradicionales.

Las estructuras de símbolos y las representaciones pictóricas se relacionan con el dogma y las declaraciones teológicas, por ejemplo, la teoría budista del karma-samsara (ley de causa y efecto y reencarnación) y la teoría del bodhisattva (futuro buda) o la enseñanza cristiana del Juicio Final, el castigo del pecado, el infierno y el purgatorio, y la recompensa eterna (Paraíso).

En la adoración, las acciones individuales y los objetos utilizados en el ritual reciben un significado simbólico que trasciende su propósito práctico inmediato. La magia, en su ritual, también utiliza varias formaciones de símbolos, imágenes y acciones simbólicas que pueden ser vistas como paralelas al uso distintivo y religioso de los símbolos.

 

Relación con la meditación y el misticismo


La espiritualización de la experiencia religiosa en formas de meditación y misticismo asimila y reelabora los símbolos e imágenes existentes de un período histórico más antiguo de la religión, dando a algunos símbolos un valor superior y colocando a otros en el centro de atención.

Al mismo tiempo, desarrolla nuevas formas que surgen especialmente de las experiencias visionarias del místico y de su necesidad de un medio de expresión adecuado y de los objetos de entrenamiento para la meditación, por ejemplo, los sonidos y las palabras sagradas (om), la flor de loto, el vajra (objeto ritual en forma de rayo) y la rueda en las meditaciones budistas o la escalera, el corazón y las letras IHS (las tres primeras letras de la palabra griega para Jesús) en el misticismo cristiano.

En la contemplación, los colores, las formas, los sonidos, los signos y las imágenes se convierten en medios para penetrar hasta el centro de la unión mística. La obra de Jakob Böhme es característica del desarrollo de un lenguaje místico de símbolos especialmente rico. El misticismo proporciona a la religiosidad convencional y consuetudinaria nuevos cuadros y símbolos.

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